Presupuesto y ahorro, las dos caras de una buena salud financiera.
La pandemia ha gravado los problemas económicos de muchas familias. Esta situación de vulnerabilidad les provoca además una preocupante salud física y mental, diagnosticada como “estrés financiero”.
Desde la Fundación Nantik Lum acompañamos a estas personas para que, cuanto antes, retomen el control de una vida secuestrada por las deudas, y la confianza en que pueden paliar la escasez que padecen.
Pero el camino hacia la tranquilidad que aporta una economía familiar saneada nos exigirá, inevitablemente, un primer paso: adquirir el hábito de elaborar un presupuesto (para controlar ingresos y gastos), y ahorrar (considerando el ahorro como un gasto fijo o permanente).
El presupuesto es la herramienta multiuso que cualquier persona debe utilizar siempre y el ahorro, el principal objetivo que perseguimos usándola: un “truco” para afrontar con solvencia las rachas en que nuestros ingresos disminuyen. Recuerda que debes procurar ahorrar más dinero durante las épocas de mayor desahogo económico.
Aprender a clasificar y administrar nuestros ingresos y gastos facilita la tarea del ahorro. Debemos asegurar el pago de nuestros gastos fijos o imprescindibles (aquellos que estamos obligados a pagar periódicamente, como suministros o mensualidades del alquiler o la hipoteca), y reducir los gastos prescindibles, o incluso eliminarlos (si fuera necesario para satisfacer nuestras necesidades básicas: higiene, alimentación, educación, gastos médicos).
No hay recetas mágicas de ahorro ni métodos infalibles para prevenir el endeudamiento. Existen múltiples reglas que fijan los porcentajes de nuestro salario mensual que deberíamos ahorrar o destinar a satisfacer nuestras necesidades básicas o caprichos. Pero ningún porcentaje es ideal. Lo realmente importante es que seamos constantes en el ahorro de una cantidad mensual realista y proporcional a nuestros ingresos fijos. A final de año, las pequeñas cantidades pueden haber sumado más de lo que imaginabas: por ejemplo, los “ahorros hormiga” (cambios de las compras diarias depositados en una hucha) pueden sacarte de un apuro sobrevenido o ayudarte a pagar unas merecidas vacaciones.
Algunos consejos a modo de resumen:
- Evita la improvisación. Analiza y reconduce tus desviaciones económicas cuanto antes.
- Interioriza que controlar un presupuesto y ahorrar constituyen una necesidad vital; que solo así estaremos tranquilos o aliviaremos urgencias.
- Evita contratar productos financieros cuyo funcionamiento desconoces (préstamos rápidos, tarjetas, seguros). Desconfía del “dinero fácil”, pues suele esconder intereses.
- Pide un consejo independiente antes de firmar. Recuerda que la salud financiera no admite atajos: muchas ofertas, “milagrosas” a ojos de una persona desesperada, pueden resultar verdaderamente “tóxicas” para su futura salud económica, física y mental.
Herramientas preventivas que pueden ayudarte en tu rutina:
¿Necesitas ayuda?
Si tienes alguna duda o consulta, contacta con nuestras técnicas de salud financiera a través del correo electrónico saludfinanciera@nantiklum.org o en el teléfono 686 08 72 74 .
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