Tras muchísimos años de experiencia en repostería para grandes empresas, Isabel Lanchares sentía que su creatividad estaba muy coartada. Como la repostería es su pasión empezó a compaginar sus 8 horas de trabajo con proyectos más creativos para sus amigos/as y familiares. Poco a poco se corrió la voz de lo maravilloso de sus creaciones y se le hacía complicado compaginar su empleo a jornada completa con los encargos que le iban surgiendo.
Así que decidió apostarlo todo por su sueño y crear su propio obrador. Isa vino a la Fundación Nantik Lum con un objetivo claro: conseguir un microcrédito que le permitiese abrir su propio obrador.
Hoy Isabel da servicio tanto a particulares como empresas o eventos. Se caracteriza por hacerlo todo de manera artesanal en su obrador y por la máxima personalización de todos sus productos.