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Pobreza menstrual

Pobreza menstrual

Este 28 de mayo se celebra el Día de la Higiene Menstrual, una fecha para visibilizar un proceso fisiológico que afecta, con mayor o menor complejidad, a miles de mujeres en todo el mundo. En España, 2 de cada 10 mujeres o niñas sufren de lo que se llama pobreza menstrual. 

La pobreza menstrual es la carencia o dificultad para adquirir productos de gestión del sangrado o tener limitaciones en el acceso a una higiene adecuada. Compresas, tampones o copas menstruales a los que se les aplica entre un 10% y un 21% de IVA pueden convertirse en un lujo para quienes viven bajo el umbral de la pobreza.

Usar productos inadecuados para la gestión del sangrado (gasas, papel, etc) o no disponer de un espacio de saneamiento e higiene puede concurrir en infecciones vaginales que afecten profundamente a la salud de las mujeres.

Absentismo escolar

Otra de las consecuencias, que incide en las menores de edad, es el absentismo escolar. La falta de recursos y el bajo nivel cultural, vinculado en muchas ocasiones a las situaciones de extrema vulnerabilidad, obligan a las menores a ausentarse de la escuela durante los días del sangrado, ralentizando su proceso de aprendizaje y generando una brecha de exclusión cada vez más profunda.


Menstruar dignamente, un privilegio

Menstruar con dignidad cuesta de media 4€ al mes, cifra que podría parecernos una nimiedad, a menos que nuestros ingresos se encuentren por debajo del mínimo vital. En ese caso, menstruar dignamente se convierte en un privilegio.

La compra de productos menstruales no impacta por igual en todos los miembros de una sociedad. Para las mujeres es un gasto imprescindible, mientras que para los hombres es inexistente. Aquellas familias en donde haya más mujeres en edad de menstruar deberán dedicar más ingresos a la compra de estos productos.

Existen diversidad de productos menstruales, unos más caros que otros, pero ninguno de ellos con el IVA del 4% que se aplica a los productos de primera necesidad. La mayoría de las mujeres recurren a las compresas y tampones sintéticos de marcas comerciales (10% IVA), aunque cada vez son más quienes usan la copa menstrual (10% IVA) por ser más económica a largo plazo y tener menor impacto medioambiental.
Las compresas y bragas menstruales de textiles reutilizables son el lujo más inalcanzable, dado que su precio es más elevado, además de tener aplicado un impuesto del 21%.

Conocer la diversidad de productos y elegir el más adecuado a las necesidades implica un proceso de toma de decisiones en el cual, lamentablemente para muchas mujeres, el factor económico puede ser decisivo.

Afortunadamente, empiezan a florecer iniciativas como las de Escocia, donde se proporcionan productos menstruales de forma gratuita o la reciente propuesta de Ley del Aborto en España, que establece la distribución de productos menstruales gratuitos en centros educativos y a personas en riesgo de exclusión.

Acabar con el tabú

Aunque hablar de menstruación sigue siendo un tema tabú en nuestra sociedad son muchas las iniciativas autogestionadas que llevan años luchando por una educación menstrual de calidad y dignidad menstrual para todas las mujeres.

Grupos como La Caravana Roja, Cromosomos X, Gente que sangra o Amba Menstruación entre otras muchas, han contribuido a la divulgación y visibilización de un proceso natural que influye en la salud de las personas y sobre la que debemos disponer de información suficiente para acompañar a nuestras usuarias y asesorarlas a la hora de elegir los productos y organizar sus presupuestos, sin tener que prescindir de su derecho básico a menstruar dignamente.

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