Más allá de los números: La importancia humana del trabajo social en el Programa Crea
Siempre que hablamos de lo que ocurre a nivel social, lo primero que hacemos es exponer cifras impactantes, que justifiquen la necesidad de poner el foco en los problemas. Porcentajes preocupantes, números y más números que nos hablan de la desigualdad y la injusticia. Sin embargo, muy pocas veces nos acercamos a lo que significa realmente el trabajo social.
Hoy, Amanda Espinel, técnica de nuestra entidad, nos habla del Programa Crea desde el otro lado.
Soy técnica de proyectos de la Fundación Nantik Lum, y aunque una parte de mi trabajo implica recoger datos para comunicarle a los financiadores nuestras cifras, lo que realmente hago la mayor parte del tiempo es explorar. Sí, mi trabajo tiene que ver con adentrarme en la vida de las personas. Conocer los caminos que los han llevado hasta donde están y ayudarles a encontrar nuevas rutas para salir de donde se encuentran. Por eso es un trabajo apasionante. No se trata de caridad. Para hablar de caridad ya están los números. Se trata de descubrir qué obstáculos, atajos o trampas hubo, hay o habrá en el camino y ver la forma de sortearlos juntas.
En esta exploración yo también aprendo y descubro cosas de mí misma. Las personas son universos infinitos y complejos y aunque podemos encontrar patrones de comportamiento, no hay dos vidas exactamente iguales. Las mujeres con las que trabajo llegan a mis talleres desde caminos muy diferentes, algunas han cruzado todo un océano, otras hacen 3 trasbordos para llegar y otras llevan años transitando los mismos recursos sociales en busca de soluciones que nunca aparecen. En cualquier caso, traen sus maletas llenas de experiencias vividas, estrategias de supervivencia y miles de historias que nos sirven a todas para entender que lo más importante en la vida es tener recursos para salir adelante.
No todas las personas tienen la suerte de adquirir esos recursos en sus entornos familiares. Tampoco todas han vivido en momentos históricos, políticos o sociales que se los hayan facilitado. Y eso es lo que las hace vulnerables. Porque los problemas nos llegan a todos, solo que algunos tenemos arnés y otros cruzamos por la cuerda floja sin seguros.
Los recursos de los que hablo no son solo económicos. El conocimiento, la información y las habilidades de pensamiento crítico son nuestro salvavidas. En los grupos de mujeres del Programa Crea nos enfocamos en la mejora de la salud financiera a través de la adquisición de habilidades financieras básicas y el fomento de la búsqueda activa de empleo. Aprendemos a optimizar los ingresos, planificar los gastos, a entender la causa emocional de nuestro comportamiento financiero o a gestionar las deudas. También mejoramos las habilidades digitales para la inclusión financiera, sensibilizamos para prevenir las violencias económicas o aprendemos a cómo mejorar nuestro perfil laboral, entre otras muchas cosas.
No deberíamos tener que convencer con cifras abrumadoras de la necesidad del trabajo social, basta con apelar a nuestra humanidad para entender que sin redes de apoyo la sociedad no avanza. En un sistema gobernado por la competitividad capitalista, comprender las reglas del juego, tener conocimientos y habilidades financieras básicas es imprescindible para sobrevivir. Pero no se trata solo de supervivencia individual. Nuestro trabajo es necesario para educar a la población en la idea de que, si no remamos todos a la vez, el barco se hunde.
Y una vez que entendemos esto, las cifras tienen un significado más real, más profundo. Ahora sí, decir que, a través de nuestro Programa Crea solo en 2023 mejoramos la vida de más de 200 mujeres, vale la pena.
Amanda Espinel,
Técnica de proyectos Fundación Nantik Lum.
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