Leer las oportunidades en los peores momentos
Ver una crisis como una oportunidad es la manera más inteligente de afrontar cualquier situación difícil, y los tiempos que estamos viviendo no son una excepción.
Pasado más de un año y medio desde que empezó la pandemia, muchas personas y empresas han sufrido (y siguen sufriendo) situaciones verdaderamente dramáticas. Al drama personal se le suman también el drama económico y la paralizante incertidumbre.
Sin negar los aspectos incuestionablemente negativos, es bueno recordar también aquellos elementos que nos han hecho un poco mejores.
En chino la palabra “crisis” está formada por dos caracteres. El primero significa “peligro” y el segundo es significa “oportunidad”. Ver una crisis como una oportunidad es la manera más inteligente de afrontar cualquier situación difícil, y los tiempos que estamos viviendo no son una excepción.
Es verdad que exige un esfuerzo, pero no hay más de hurgar un poco para ver cómo se está aprovechando esta “crisis” de una manera positiva, como una oportunidad.
- Solidaridad: Ante el drama personal, la solidaridad ha vuelto a resurgir. Todos somos más conscientes de que hay gente especialmente vulnerable y como sociedad nos hemos volcado en ella. En ocasiones es dinero, pero en muchas otras se trata de dar tiempo a otros, ya sea para acompañar a una persona que vive en soledad o ayudarla con quehaceres diarios. Enorgullece ver, por ejemplo, cómo las personas más jóvenes se han afanado en ayudar a sus vecinos mayores haciéndoles la compra y otros recados.
- Acceso al conocimiento: con la crisis ha explotado la oferta de conocimiento. A través de plataformas como YouTube tenemos acceso a un universo infinito de información. Se puede aprender casi cualquier cosa de manera gratuita. Igualmente ha aumentado la oferta de contenido donde la gente puede expresar su opinión y experiencia en muchos campos. Se ha democratizado mucho más la oferta de contenido y de opinión, restando influencia y poder a los grandes medios de comunicación.
- Flexibilidad: profesionales de todo el mundo ahora exploran nuevas posibilidades para hacer las cosas de manera diferente y con mayor flexibilidad. Por ejemplo, tras las primeras semanas de cierre total, muchos restaurantes y bares empezaron a ofrecer comida a domicilio a sus clientes.
- Conciliación laboral y familiar: muchos trabajadores y autónomos han podido pasar más tiempo con su familia. Y aunque ahora sea más difícil separar el tiempo personal del laboral, muchas personas han podido pasar más tiempo con sus seres queridos.
- Aumento de clientes potenciales: muchos autónomos y empresas han continuado dando servicio a sus clientes existentes a través de videollamadas. Además, con la pandemia se ha evidenciado que vivimos en un mundo muy grande y que tenemos clientes potenciales en todos los rincones del planeta. Los clientes de muchos negocios ya no tienen que estar en el barrio, en la ciudad o en el país.
Éstos son sólo unos pocos puntos en una lista mucho más grande de consecuencias positivas que nos ha traído esta pandemia.
Cada instante que pasa delante de nuestros ojos es una oportunidad para el cambio y ese cambio es fruto de la casualidad (crisis) pero también de nuestra interpretación (oportunidad). Tenemos el privilegio de interpretar nuestra realidad y de tomar decisiones en función de nuestro entorno y eso no ha cambiado con la pandemia.
Seguramente dentro de unos años recordaremos estos tiempos como aquella gran oportunidad que tuvimos de valorar nuestras propias vidas y nuestras propias vidas y nuestro lugar en el mundo.
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Telmo Rueda Manzarbeitia, asesor financiero y gestor de patrimonios, y voluntario de la Fundación Nantik Lum.
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