En el Día Mundial de la Justicia Social, ponemos el foco en las desigualdades económicas

En el Día Mundial de la Justicia Social, ponemos el foco en las desigualdades económicas

Las desigualdades financieras se expresan de muchas formas y con muchos matices. Tanto en los indicadores de salud financiera, como en la autonomía para poder gestionar los ingresos propios o las dificultades para tener una actividad económica libre. 

Dos manos sujetan una cartera vacía.

 

Diferentes tipos de desigualdades económicas

Garantizar una igualdad real de oportunidades a todos los miembros de una sociedad es una garantía para los estados democráticos. Estos deben articular mecanismos para garantizar la prosperidad de los sectores más sensibles de la población.

Sin embargo, en muchas ocasiones, observamos como estos grupos sociales se encuentran desprotegidos ante discriminaciones económicas por su género, raza, edad, religión…

Estas desigualdades se pueden manifestar de muchas formas, desde diferentes remuneraciones económicas por funciones laborales idénticas a dificultades para acceder a créditos por razones discriminatorias, pasando por la violencia económica.

Factores de riesgo

Sin lugar a duda, la mejor forma de evitar estos tratos discriminatorios es la presencia de un marco normativo que vigile el cumplimiento de los Derechos Humanos en cada país.

Sin embargo, existen otros factores de riesgo que pueden llegar a desproteger, aún más, a la población más vulnerable. Nos referimos a la educación financiera.

La Encuesta de Competencias Financieras, publicada el pasado mes de noviembre por el Banco de España, evidenciaba un dato: la población española aprueba por los pelos el examen sobre conocimientos financieros.

Solo un 52,83% de los encuestados respondieron correctamente a las tres preguntas que evalúan esta materia. Estos resultados se complementan con los recabados por la encuesta Funcas 2023, que mostraban que un 36% de los encuestados declaraban no tener apenas conocimientos financieros.

Las consecuencias

Esta falta de habilidades, unido a las diferentes formas de discriminación que la población más vulnerable de la sociedad debe enfrentar en su día a día, hace que en ocasiones estos sectores accedan a formas de financiación que provocan sobreendeudamientos, como, por ejemplo, tarjetas revolving o micro-préstamos con grandes tasas de interés. En resumen, la bola de nieve no deja de crecer.

Pero estas complicaciones no se limitan al bolsillo. Cuando hablamos de salud financiera, hablamos, valga la redundancia, de salud. Tanto es así que, según algunos estudios, existe una correlación entre ratios de mortalidad mayor y barrios de rentas más bajas.

¿Qué hacemos en nuestra fundación?

Desde la Fundación Nantik Lum estamos muy comprometidos/as en aportar herramientas para que quién lo desee pueda, no solo formarse en educación financiera, si no también, acceder a la ayuda necesaria para contemplar el emprendimiento como una posibilidad.

Durante los últimos años hemos ido adaptando y ampliando nuestros programas formativos a las necesidades de la realidad. Actualmente, nos dirigimos a públicos tan diversos como a grupos de mujeres que desean mejorar su salud financiera, a población migrante con voluntad de emprender, o a emprendedores que quieren mejorar un área de su negocio.

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¿Necesitas ayuda?

Si eres mujer  y quieres mejorar tu salud financiera visita el programa Crea y contacta con nuestro equipo y te ayudaremos a mejorar tu bienestar económico.