El precio de la luz se dispara en plena ola de frío hasta alcanzar la segunda cifra más alta de la historia

El precio de la luz se dispara en plena ola de frío hasta alcanzar la segunda cifra más alta de la historia

Este incremento es especialmente alarmante para los hogares más vulnerables, ya que las familias beneficiarias del bono social contratan su tarifa eléctrica en el mercado regulado.

Desde el pasado el viernes el precio medio de la electricidad no ha dejado de fluctuar, llegando a una media de 94,99€/MWh y alcanza un máximo de 114,89 €/MWh el pasado viernes, la segunda cifra más cara de la historia.

En comparación con las mismas fechas de hace tan solo un año, el precio del kilowatio hora ha llegado a triplicarse, algo que notaremos en nuestro bolsillo a final de mes.

Te explicamos el por qué de esta subida, algunos trucos para afrontarla y reflexionamos sobre a quién afectará especialmente.

¿Por qué sube el precio de la electricidad?

Los motivos de esta subida son variados y complejos, pero no es casual que sea precisamente ahora, en medio del temporal de nieve más despiadado en lo que va de siglo y con temperaturas mínimas históricas, cuando los precios parecen no tener control.

Simplificando, podríamos decir que el precio de la electricidad se regula en el mercado libre de energía, donde de manera diaria los distintos generadores (hidráulicos, térmicos, eólicos, solares, nucleares…) presentan sus ofertas de venta de energía para las distintas franjas horarias del día siguiente; por su parte, las comercializadoras eléctricas presentan sus ofertas de compra (o demanda previsible de energía) para cada una de esas horas. De esta manera se alcanza lo que conocemos como equilibrio de mercado, la oferta y la demanda, y así es como quedan fijados los precios.

Las claves del incremento actual

Durante las primeras semanas de este 2021 han concurrido de manera simultánea varios factores que han provocado que el precio de equilibrio se haya incrementado considerablemente:

  1. La producción de energías renovables (solar y eólica), mucho más económicas que los combustibles fósiles, se ha visto reducida en estas semanas como consecuencia de las condiciones meteorológicas adversas.
  2. El temporal Filomena y el consiguiente desplome de las temperaturas han provocado que el consumo de electricidad, y por tanto la demanda de energía, se hayan incrementado considerablemente. La Red Eléctrica de España (REE) señala que entre el 4 y el 10 de enero se ha observado un incremento interanual del 15% en la demanda eléctrica de la península.

Sintetizamos: como la demanda de electricidad se ha incrementado, pero la producción de energías renovables, más baratas y sostenibles ha caído en picado, el sistema energético ha tenido que recurrir a centrales de ciclo combinado para garantizar los suministros. ¿El problema? el precio del gas, que lleva al alza desde diciembre debido a la alta demanda en todo el hemisferio norte y a la escasez de exportaciones de Argelia, nuestro principal proveedor. Esto, sumado a los derechos de emisión de CO2 que están obligados a pagar por la utilización de energías altamente contaminantes, encarece el precio de la electricidad que finalmente consumimos.

¿Cuánto se encarecerá mi factura de la luz?

Aún es pronto para dar una respuesta ajustada a esta pregunta, ya que los precios de la electricidad se fijan en el mercado mayorista con un día de antelación, y dichas cuantías vienen determinados por una serie de elementos complejos e interconectados que pueden fluctuar de manera diaria.

Lo que sí podemos afirmar es que, tal y como denuncia la Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios en Acción (FACUA), de mantenerse estos precios, el recibo de la luz del usuario medio ascendería a 86,52 euros, un 26,7% más que en el mismo periodo de 2020.

Algunos trucos para disminuir el importe de nuestra factura

Los consumidores y consumidoras no tenemos capacidad para modificar los precios de la energía, pero sí podemos poner en práctica algunos trucos para utilizar dicha energía de forma más eficiente, lo que a final de mes puede suponer un ahorro considerable en nuestras facturas.

  • Reducir la potencia contratada. En muchas ocasiones tenemos contratada mayor potencia de la que necesitamos. Para dar con la potencia idónea debemos valorar le tamaño de nuestro hogar, el número de personas que convivimos, el número de electrodomésticos que tenemos y el uso que hacemos de los mismos… Pero por lo general no suele ser necesario superar los 4,5kW.
  • Contratar una tarifa con discriminación horaria. Podemos reducir el importe de nuestra factura si contratamos una tarifa con discriminación horaria y aprovechamos para concentrar la utilización de e electricidad en las llamadas “horas valle” (de 22h a 12h en invierno y de 23h a 13h en verano).
  • ¡Cuidado con el Standby! Es importante que nos aseguremos de que nuestros dispositivos electrónicos y electrodomésticos están bien apagados una vez terminamos de utilizarlos. Este pequeño gesto también puede ayudarnos a ayustar el importe de nuestra factura de la luz.
  • Si hay que sustituir algún electrodoméstico, comprar aquellos que posean la etiqueta A+ o superior; estos electrodomésticos poseen una relación trabajo-consumo muy baja.

¿A quién afectará esta subida de precios?

Esta subida en el precio de la electricidad no afectará a todos los consumidores, de hecho, estas variaciones en el precio de la energía solo afectan a aquellas personas cuya tarifa esté contratada en el mercado regulado, también conocido como de Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC).

Por su parte, quienes pertenezcan al mercado libre, no verán un aumento en el precio del kWh, ya que este es fijo, y cualquier incremento en el grueso de la factura estará relacionado con un mayor uso de la electricidad, pero no con una subida en el precio de la energía como tal.

Un último apunte

Este incremento en el precio de la electricidad es especialmente alarmante, ya que será el bolsillo de las personas más vulnerables el que sufra esta escandalosa subida. Esto se debe a que aquellas personas beneficiarias del bono social de electricidad y gas no tienen más opción que contratar su tarifa en el mercado regulado.

La erradicación de la pobreza energética sigue siendo una asignatura pendiente en nuestro país, que afecta en alguna medida, según el Informe de Pobreza Energética en España 2018, de la Asociación de Ciencias Ambientales, a un 15% de la población, unos 6,8 millones de personas.

Desde la Fundación Nantik Lum entendemos que el acceso a la energía no debería ser un privilegio, sino un derecho efectivo y plenamente reconocido, sobre todo teniendo en cuenta que el acceso a bienes esenciales como la electricidad o la calefacción son condición necesaria para el ejercicio de otros derechos fundamentales como el derecho a la salud, la alimentación, la educación, y a fin de cuentas, para garantizar una vida digna.

 

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